De repente, la crisis sanitaria del covid19 ha convertido en pocas semanas el teletrabajo en una realidad necesaria para la supervivencia de la economía global y familiar y, por lo tanto, en un tema prioritario en la reflexión proyectual de los espacios interiores.
La violencia con la que hemos tenido que insertar nuestra actividad laboral en nuestro entorno privado, en unas circunstancias de confinamiento y cohabitación 24h/7 con toda la familia, ha puesto de manifiesto el impacto que tiene el diseño de los espacios interiores en nuestro equilibrio personal, familiar y profesional.
Un informe de CaixaBank Research sostiene que, durante el pasado confinamiento, el porcentaje de la población española activa teletrabajando ha pasado del 8,3% a prácticamente el 30%.
En Alemania, se pasó del 12% al 25% (fuente: Ministerio Alemán de Trabajo y Asuntos Sociales- BMAS) y, en Francia, de un 7% a más de un 25% (fuente: Institut d’études ODOXA).
La estructuración clásica y rígida de los espacios domésticos deja poco margen de reorganización espacial y, en la mayoría de los hogares, ha resultado difícil encontrar un rincón libre que reuniera las condiciones necesarias, como la luz natural, para poder concentrarse más de cinco minutos. En clave positiva, den muchos casos el confinamiento también ha demostrado que el teletrabajo es posible y efectivo sin mermar la productividad.
Estos hechos, unidos a la voluntad de todos los actores sociales de minimizar un eventual nuevo riesgo sanitario, incita a empresas y a empleados a organizar la nueva normalidad en torno a equipos que trabajen al menos algún día a la semana desde casa, siempre que el puesto lo permita.
El teletrabajo va, por lo tanto, a formar parte de la nueva realidad. Una nueva forma de vivir el hogar, incorporando una vertiente profesional que requiere de ciertas condiciones para propiciar a la vez productividad profesional y felicidad familiar.
Consciente de su dilatada experiencia en la creación de espacios flexibles, KLEIN desea compartirla para aportar soluciones reales a las necesidades generadas por esta nueva etapa.
Se trata de propiciar una fácil reorganización del hogar, con el objetivo de crear una estancia destinada al trabajo, que nos permita aislarnos y concentrarnos sin que reste espacio de vida una vez la jornada acabada.
La tabiquería móvil permite reconfigurar temporalmente los interiores según se necesite, sin esfuerzo. Mediante sistemas correderos o plegables KLEIN, de madera, de cristal o de metal, podemos separar sin dividir, jugar con la luz natural y reasignar el uso y la función de un determinado espacio de forma inmediata.
Multiplicamos así los metros cuadrados existentes, siempre insuficientes, dándoles múltiples usos. Damos sentido a rincones poco aprovechados, integramos zonas de paso inutilizadas, dividimos espacios demasiado grandes durante la mayor parte del día, pero tan agradables en momentos de relax familiar.
Implementar conexiones imaginativas y flexibles entre estancias, para favorecer la difusión de luz natural es otra forma de revalorizar ese trastero olvidado que puede convertirse en un despacho. Tanto en obra nueva como en renovación, implementar puertas o tabiques correderos o plegables desde esta nueva óptica puede marcar la diferencia. Porque un simple movimiento lo cambia todo.
Hablemos de carpintería de madera interior y, más concretamente, de puertas, elemento fundamental en la división tradicional de espacios interiores.